Aprendizaje/ enseñanza de E/LE, ¿hemos cambiado?

enfoque comunicativo de ELE

Por Begoña Llovet y Matilde Cerrolaza, directoras de TANDEM Madrid

Ya dentro del siglo XXI, asumimos claramente el giro copernicano experimentado por la didáctica de las lenguas extranjeras a partir de los años 70, con la entrada en escena de la visión comunicativa del aprendizaje.

Llevamos muchos años dando clases de español, dirigiendo un centro de enseñanza de español, colaborando con instituciones, dando formación a profesores y profesoras de español, creando materiales. En el encuentro con el otro que supone siempre un taller de formación, en el encuentro con las instituciones y la política del español, y en el encuentro con el mundo editorial, en muchas ocasiones nos damos cuenta de una evidentemente dicotomía que, a pesar de su evidencia, permanece oculta, sin desvelar:

    • Por un lado, el discurso de la pedagogía innovadora avanza con nuevos enfoques, planteando objetivos cuyo foco lo constituye la enseñanza centrada en el/la aprendiente, en la realización de actividades significativas, en el desarrollo de las competencias necesarias para poder comunicarse en distintos ámbitos de acción, etc.

 

  • Y por otro lado, la realidad docente y formativa presenta una gran complejidad, tanto en la variedad de actores como en la variedad de planos en que se está desarrollando en este momento el mundo del español: hay que recordar que los cambios requieren tiempo, que en la enseñanza del español las circunstancias de todo tipo han acelerado considerablemente la marcha de diversas actividades relacionadas con ella.

Así pues, las universidades se abren paso con un loable impulso hacia la formación de futuros profesores y profesoras de español, aunando diferentes tendencias y ofreciendo una amplia gama de contenidos, todavía no completamente emancipados del discurso académico.

Las editoriales amplían su actividad, con nuevas metas, nuevos soportes y nuevos conceptos, siempre teniendo en cuenta los límites que imponen el mercado y la corrección política.

Y además la promesa de las nuevas tecnologías deslumbra a un cuerpo docente que va entrando en el discurso de la enseñanza virtual y va adquiriendo destrezas técnicas e intentando resolver cuestiones metodológicas que la enseñanza no presencial plantea.

Así pues, los/ las docentes de español tienen la suerte de encontrarse en un medio tremendamente dinámico, en el que continuamente se pueden replantear cosas, un medio que imprime impulsos, mucho más que en otras materias de enseñanza. Y los/las docentes de español también muestran un gran dinamismo: quieren estar a la altura de las circunstancias.

Y en un medio que parece tan dinámico, ¿cómo garantizamos que todo este cambio, el famoso giro copernicano del que hablábamos al principio sea asumible, comprensible, aplicable y deseable? ¿Es que se da por hecho que todos los agentes involucrados en la formación y en la enseñanza hemos asumido ese cambio y lo transmitimos en nuestro trabajo y en los planes de formación o seguimos todavía encadenados a hábitos, ideas y comportamientos más propios del sistema tradicional de enseñanza? ¿Es que se da por hecho que alumnos y alumnas son conscientes de ese cambio y están preparados para asumir el protagonismo? ¿Qué pasa en las aulas? ¿Cómo enseñan los profesores y las profesoras? ¿Cómo se ha adaptado la organización de los centros al nuevo discurso pedagógico? ¿Qué pasa en las instituciones responsables de la formación de los docentes? ¿Conocen y han asumido el cambio?

La formación para enseñantes de español debe estar centrada en desencadenar un proceso de cambio en el interior de profesores y profesoras, de manera que su práctica de aula sea el reflejo de los nuevos enfoques.

Y una formación eficaz debe dirigirse a la práctica, a la vivencia continua de lo que se hace en una clase: de nada vale tener una formación teórica impecable si a la hora de trabajar para que sean los/las aprendientes quienes aprendan y no los/las docentes quienes enseñen, se repiten inconscientemente las maneras tradicionales de actuar del profesorado adquiridas durante los años de escuela, instituto, universidad, etc.

Sobre el qué existe mucha literatura, hagamos la literatura del cómo. Del cómo se produce el cambio y cómo tiene lugar verdaderamente para que alumnado y profesorado vivan /experimenten/ vivencien un proceso de cambio. Del cómo afrontamos algunos procesos de involución pedagógica que se están produciendo con la explosión del mercado del español.

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